La Casa Rosada es una pieza ecléctica, que combina elementos de diversos orígenes, como las mansardas de origen francés, las loggiasitalianas y las ventanas de los proyectos de los arquitectos Aberg y Kihlberg, con la expresión clasicista típica de Tamburini.
El
conjunto se desarrolla en tres plantas sobre el oeste (calle Balcarce)
y cuatro niveles más subsuelo sobre el este, gracias a la pendiente del terreno
desde la Plaza de Mayo hacia el Parque Colón, originada por el Río de la Plata,
que naturalmente llegaba hasta este lugar, y se fue alejando hacia el este
mediante sucesivos rellenos para ganar tierras.
La
fachada principal presenta un eje de simetría marcado sobre el arco monumental
diseñado por Tamburini, pero la simetría está desvirtuada por la demolición del
ala sur en 1938. Además, la famosa loggia en el primer piso del ala norte se
diferencia claramente de las ventanas apareadas de estilo florentino del ala
sur. Hay una combinación ecléctica de ornamentos, pero predomina la influencia
del Renacimiento italiano, a pesar de la mansarda que originalmente estaba
revestida en pizarra, y fue cambiada
por una cubierta de bronceen la década de
1960. Varios ornamentos y molduras desaparecieron a lo largo de los últimos
cien años, particularmente la crestería de hierro que adornaba la mansarda, y
unas molduras con el Escudo Nacional, que fueron reemplazadas por copones, en
la cornisa.
La
fachada norte, diseñada completamente por el arquitecto Tamburini, se destaca
por la entrada de carruajes que sobresale del volumen macizo del edificio,
destacándose con una galería para la circulación de vehículos y una escalinata
que salva el desnivel de la calle que marca una plataforma que originalmente
estaba destacada con dos estatuas de bronce de ángeles tocando trompetas de la
victoria, luego removidas. En esta fachada se hace notable la difícil unión del
edificio original diseñado por el ingeniero Aberg con la ampliación realizada
por Tamburini, ya que el primero está rematado por la mencionada mansarda de
bronce, y el segundo tiene una losa plana. Una de las ventanas del edificio de
Aberg fue directamente seccionada a la mitad por la ampliación, y es un detalle
de la desprolijidad con la cual fue ejecutada la obra.
La
fachada este, que mira a Puerto Madero y al río, está precedida por el Parque
Colón —aunque originalmente la separaba del mismo la Avenida Paseo Colón— que
permite jerarquizar el edificio y genera un de acceso que recientemente fue
enrejado para transformarse de
facto en los jardines del
palacio presidencial. Esta fachada también pertenece al diseño de Tamburini,
aunque originalmente tenía dos retiros simétricos que posteriormente fueron
eliminados, construyendo ampliaciones que dejaron una fachada lisa. La cornisa
del edificio está adornada con un conjunto escultórico.
La
fachada sur es la más pobre del edificio, ya que la original diseñada por
Tamburini fue demolida en la década de 1930, y luego de ello no fue
reconstruida, sino que apenas se ejecutó un muro sin ornamentar que contrasta
por su falta de molduras con el resto del edificio. Adempas, la presencia del
Palacio de Hacienda, enfrentado directamente con la Casa Rosada, impide la
jerarquización del edificio que se da en los otros frentes, debido a la poca
distancia que se puede tomar de la fachada.